viernes, 9 de mayo de 2008

Thor, el iniciado

Han transcurrido 900 Años desde el Caos Atómico, la guerra nuclear que enfrentó a las principales potencias del planeta. La Tierra ha quedado cubierta por una densa atmósfera que impide ver el Sol.
Thor es un temerario joven, de rojiza melena que vive una vida aparentemente normal en una Casa-Hogar en la provincia del Sur. Extraños sucesos desencadenarán el apercibimiento de su verdadera identidad, como Mesías de un nuevo orden más justo para todos los mortales, tanto para los "racionales" como para los "mentalistas". Este descubrimiento lo obligará a partir hacia la provincia del Norte, con el el fin de investigar su pasado y de completar su aprendizaje. Mientras tanto las piezas del destino empezarán a moverse para evitar que Thor sea lo suficientemente fuerte para llevar a cabo su misión.

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jueves, 17 de abril de 2008


  • Capitulo 1 “EL PRINCIPIO” 

21 DE SEPTIEMBRE DEL 900 A.A.C. (After Atomic Caos) (900 Años Después del Caos Atómico)

Encerrado en su habitación sentía como volvían las dudas y percibía la angustia que estas creaban en su interior. Intentaba utilizar su gran control para acallarlas, pero de nuevo estaban ahí, en su mente. Respiró profundamente varias veces y sintió como todo su cuerpo se relajaba, abrió de nuevo sus ojos e intentando no pensar en nada, fue mirando cada rincón de su cuarto. Pasó rápido por la gran ventana que presidía la pequeña habitación encima del acantilado. A través de ella oía cada noche el murmullo del mar al chocar contra las rocas, en cambio ahora le excitaba el llanto del mar, percibía su fuerza, su queja. Necesitó respirar otra vez, instintivamente miró al fondo de la habitación donde tenía todos sus libros, ¡sus únicos tesoros!

Se levantó de un salto, no habían podido domar ese fuego interior por más que todos lo intentasen y se puso a buscar "EL LIBRO DE LOS LIBROS", sólo allí debía estar la respuesta a tanta inquietud, a tantas dudas.

La habitación resplandecía llena de luz, de esa luz dorada que desde hacía 900 años había inundado el planeta.

En un tiempo hubo un cielo azul con nubes, ahora sólo había un cielo rojo con una niebla clara que hacía que la luz del sol fuera muy intensa, casi cegadora. Había tanta claridad que no notó detrás de él la puerta abriéndose, dejando entrar la luz y las voces familiares del pasillo de la casa.

Se sobresaltó al notar la mano huesuda, larga y fuerte de su amigo Kilian apoyarse en su hombro.

- Thor, te estamos esperando para ir al Hel. ¿Supongo que recuerdas que hoy es nuestro gran día?

La habitación resplandecía llena de luz, de esa luz dorada que desde hacia 900 años había inundado el planeta.
Thor le miró con ira en sus ojos, había interrumpido sus pensamientos pero sus rápidos reflejos le recordaron lo especial que era ese día para ellos.

Kilian no esperó respuesta, conocía muy bien aquella mirada en el rostro de su amigo. Estuvo a punto de girar sobre sus pasos y reprenderle, pero también sabía que eso habría sumido a su tozudo amigo en un mutismo total, usaría sus poderes mentales, para crear el ambiente apropiado y así hacer hablar a su camarada, con estos pensamientos siguió camino del Hel.

Thor suspiró profundamente, recompuso su ropa colocándose bien la camisa blanca dentro de sus pantalones blancos ceñidos como una malla a su cuerpo, arregló su larga melena roja recogiéndola en una cola, se miró por un instante en el espejo y dando un suspiro dejó para más tarde sus pensamientos. Salió de su habitación cubriéndose con una larga capa blanca camino del Hel.

El bello salón del Hel estaba en el centro del Templo-Hogar, ubicado justo frente al mar. Era como una gran carpa de circo, pero sus paredes y el techo eran de cristal, lo que lo convertía en un lugar privilegiado y muy especial, ya que desde él se veían las montañas rojizas y ocres cubiertas por el cielo rojo luminoso y a sus pies el mar. Ese mar anaranjado que contrastaba furiosamente en color y movimiento con las montañas estáticas, grandiosas, rozando el cielo, cortándolo y avasallándolo, luchando por sobresalir de la neblina que envolvía sus cumbres.

Dentro del bello recinto les envolvía la magna sinfonía de color, vibración y fascinación que hacían que todo aquél que entraba en el Hel tuviera la sensación de que realmente el tiempo y el pensamiento fueran solo uno.

Thor vio desde la ventana del corredor como sus compañeros iban cogiendo las sillas y las colocaban en círculos alrededor del anillo central.

Apresuró sus pasos oyendo como resonaban los tacones de sus botas en las escaleras que conducían al patio exterior y de allí por el pasillo de la derecha, al Hel.

Cogió su silla colocándola al lado de su inseparable amigo Kilian, como hacían siempre.

El Gran Mentalista entró en la sala despacio, admirando el salón, se detuvo como de costumbre, antes de una ceremonia y contempló, conectando con las vibraciones de la naturaleza, el paisaje envolvente.

Yod, El Gran Mentalista, volvió la mirada al centro de la sala con la faz contraída, había percibido la inestabilidad en el ambiente, la naturaleza estaba de nuevo en un punto crítico y temía que esto fuera señal de que algo se desestabilizaba en el Orden establecido desde el caos.

Sacudiendo la cabeza como si quisiera apartar de su mente todos los pensamientos negativos, se reprendió a sí mismo pues estaba incumpliendo el primer precepto. "NUNCA DEJAR ENTRAR EN LA MENTE NINGUN PENSAMIENTO HOSTIL O NEGATIVO", ¡NUESTRA MENTE ES SOLO POSITIVA!

Dirigió de nuevo sus pasos al centro del Hel, tuvo sumo cuidado en colocarse encima del dibujo del suelo de la sala, miró detenidamente a todos los iniciados de tercer grado que ocupaban el tercer círculo y comprobó que estaban todos, detuvo sus ojos durante unos instantes en Thor, por el sudor de su frente sabía que como era habitual en él había llegado el último y con precipitación, bajó la cabeza con un gesto estudiado de seriedad, pero lo que realmente quería era disimular la media sonrisa que se esbozaba en su cara, Thor era el más rebelde e inquieto, pero el más fuerte y el más persuasivo, ¡le gustaba!. Retrocedió hasta su silla para coger de encima de ella su capa de seda morada, símbolo de haber logrado el equilibrio de la mente y el cuerpo, así como la vibración con el Único. La vistió encima de su traje blanco, recompuso su estado emocional tocando su anillo Alma, el mismo que hoy entregaría a los iniciados de tercer grado.

Volvió al centro del sello, guardó silencio durante unos instantes, todos sabían que le servían para concentrarse y conseguir la unión mental con las vibraciones del Único y así hablarles con las palabras del alma. Extendió sus brazos con las palmas de las manos mirando hacía el cielo.

Hoy, Yod "El Gran Mentalista", debía usar las palabras rituales.

Cuando empezó por fin a hablar, su voz sonó lejana y profunda:

"YO SOY MAGNA PRESENCIA.

YO SOY, LA FUERZA MENTAL QUE OS HA HABLADO CON LAS PALABRAS VELADAS DEL UNIVERSO.

YO SOY, EL COLOR QUE OS HA HECHO VIBRAR Y APRENDER EL ARTE DE CURAR.

YO SOY, LA LUZ QUE HA ENCENDIDO LA COMPRENSION DEL ALMA.

YO SOY, EL CAMINO QUE TODOS DEBEIS ANDAR..

YO SOY, QUIEN OS ENSEÑÓ A LLAMAR Y OS ABRIÓ LA PUERTA.

YO SOY, LA FUERZA UNIVERSAL QUE ENTRARÁ EN VOSOTROS Y HARÁ DE CADA UNO UNA VIBRACION, UNA NOTA, UN COLOR, UNA LUZ ÚNICA, MÁGICA, QUE FORMARÁ PARTE DEL ÚNICO Y LE SERVIRÁ Y OS SERVIRÁ, PARA AYUDAR Y AYUDAROS, PARA SERVIR Y SERVIROS, PARA AMAR Y AMAROS, ESE ES EL MEJOR REGALO, EL ÚNICO REGALO".

Bajó los brazos indicando que la oración había finalizado, abrió los ojos y paternalmente continuó:

-La mente es nuestro mejor amigo y a la vez nuestro mayor enemigo. Educadla, amadla y controladla con pensamientos positivos como os he enseñado, y podréis poseerlo todo. Dejadla libre, sin control, con miedo a aceptaros a vosotros mismos, sin propósitos mentales de ayuda, de amor, de equilibrio y tendréis en vuestra casa, en vuestro cuerpo, al peor de los enemigos, al causante de todas las enfermedades tanto de la materia o cuerpo, como de la psiquis o del yo consciente.

>>A vosotros mis queridos hermanos de tercer grado van dirigidos mis pensamientos, a vosotros os entrego "el Alma", llevad siempre el anillo en vuestro dedo corazón para que os recuerde la bella misión que ha regido el destino de cada uno de nosotros desde el día que entrasteis a formar parte del Hel.

>>Recordad lo que significa el anillo Alma. ¡Llevadlo como símbolo de vuestro propósito!

>>El aro de oro simboliza al Sol, el oro metal incorruptible es la luz del Sol, fuente primordial de todo tipo de vida y de actividad, es el espíritu puro que anima a la creación de la cual es el principio y el fin.

>>El aro de Plata, recuerda los rápidos movimientos del planeta Mercurio, el mensajero de los Dioses en antiguas civilizaciones. La Luna parece encontrar su blancura y su moderado brillo en la plata, sí, el Alma es la fuente del sentimiento, de la imaginación y de la memoria.

>>El aro de Cobre, metal que al oxidarse toma el color verde de Venus, agua fecundadora de las pasiones que librada a la acción disolvente de Saturno pudre el Cuerpo material.

>>Ved que en el Anillo Alma se encierra todo el conocimiento y todas las enseñanzas. Coged cada uno vuestro anillo Alma y uníos a mí en plegaria.

A ti luz eterna, guía única
A ti Mente viviente pedimos
formar parte consciente de
tu omnipresencia sensitiva
Haznos sensibles frente al hermano
dadnos la paz, el equilibrio
y la armonía para amarnos
y así amar a todos los humanos o naturales.
Aceptemos sabiendo que somos dos,
femenino-masculino, consciente-subconsciente
y escuchemos nuestra voz interior.
Proyectemos nuestra mente hacia el Único
y nuestro destino será cumplido, porque
Yo así lo deseo, así lo quiero y así será.

GRACIAS.

Al finalizar la plegaria, reinaba un profundo silencio en el Hel, parecía que se hubiera detenido el tiempo, las voces e incluso las respiraciones.

Los principiantes anhelaban llegar a aquel momento que todavía sabían lejano y los adeptos ya convertidos en iniciados sabían que su destino empezaba de verdad, entonces. En silencio se fueron abrazando unos a otros y en silencio también fueron saliendo del Hel.
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Capitulo 2 “LA TELARAÑA”

Thor cruzó rápido el patio, no deseaba que nadie del Hogar le detuviera para felicitarle y admirar el anillo Alma, su angustia había ido creciendo a lo largo de la ceremonia, tan sólo quería poder salir al bosque para contemplar el Viejo Árbol vivo y verde que quedaba al final del camino junto al acantilado. Durante un instante se giró para mirar el movimiento que había en el patio.

Llegando al portón de salida, suspiró al cruzar por debajo del arco y empezó a sentirse libre. Le era tan fácil entrar en comunión con su entorno, no le asustaba contemplar aquel bosque naciente, sabía, porque la misma naturaleza se lo había comunicado que allí hubieron miles de árboles, plantas e incluso flores, de esto último no conocía su forma, pues en los archivos de memoria no había encontrado ninguna película, ni microfilm que lo enseñara, pero intuía que debía ser un hermano vivo, bello y delicado, con vibración de olor y color.

No le importaba saber que su alrededor rojizo era causa de la disminución de oxígeno y de la mayor intensidad del Sol, porque en su interior existía la seguridad de que por fin volvía la vida al planeta, no de manera artificial como hasta ahora que habían mantenido con vida al Viejo Árbol protegiéndole entre todos los adeptos con aura mental de la gran contaminación atómica, sino que volvía la vida de manera espontánea e inteligente y se dio cuenta que esa misma vida naciente era lo que sentía dentro de él, necesitaba tomar ya su decisión. Sus pensamientos se vieron cortados al percibir junto al árbol otra vez la imagen de una mujer. La contempló como hacía siempre desde lejos.

Era alta, esbelta o tal vez la definiría como lánguida, tenía la piel del rostro muy blanca y pálida, de las siete veces que se la había encontrado solo dos se vieron de frente, pudiendo fijarse en sus profundos ojos verdes, grandes, llenos de tristeza, retando en hermosura a su boca carmesí.

Le intrigaba tanto esa mujer, percibía en ella ese algo especial de las intuitivas, pero le perturbaba de modo extraño su imagen de fragilidad mezclada con el desafío y la valentía que suponía estar allí a esa hora. Se escondió detrás de un árbol Alef(*), al ver que ella se giraba e iba a desandar el camino del bosque, no quería que le viese pues no soportaría otro desafío en su mirada.

(*) El Arbol Alef es un árbol artificial que tiene la virtud de reproducir el microclima de la zona donde esta plantado y retener la humedad en su copa y tronco pasándola así al suelo y al ambiente evitando la desertización

Percibió unas vibraciones ajenas al entorno, sus entrenados sentidos le avisaron del peligro, respiró profundamente dejando fluir su intuición, fue entonces cuando vio cuatro siluetas escondidas moverse alrededor de ella, todo su cuerpo se tensó: ¡Eran Racionales!. Salió de detrás del árbol dando un salto intentando provocar a la vez mucho ruido, movió su capa hacía atrás con un estudiado gesto, mientras con la mano izquierda cogía a la muchacha por el brazo.

Las cuatro figuras ahora ya eran visibles y en sus caras se dibujaba claramente la desesperación y otro sentimiento mucho más fuerte que él jamás había podido experimentar por prohibición expresa de las leyes mentales, oyó como ella le susurraba.

- Es odio, un intenso y desesperado odio, pero eso les hace temerarios y débiles a la vez.

¡Debilidad! esa era la respuesta, se irguió delante del que intuyó más audaz desafiándole con la mirada, por unos instantes la fiereza y la fealdad de aquel rostro mutante estuvo a punto de hacerle perder su entrenado control mental y poco le faltó para retroceder. No pudo hacerlo al sentir como ella pegaba su cuerpo a su espalda, cerró sus dedos formando un triángulo, alcanzando así su máxima concentración, dirigiendo su intensa mirada al entrecejo de su enemigo, fijando en ese punto toda su proyección mental. Su adversario comenzó a retroceder retorciéndose de dolor y aullando como un animal herido, al presenciar la escena sus compinches salieron huyendo, entonces, solo entonces él soltó a su presa que se levantó del suelo corriendo y maldiciéndole.


Se sorprendió al sentir todavía una fuerte tensión detrás de ellos. Al girarse vio como salía de su escondite una figura femenina que buscaba los ojos de la muchacha.

Entre las dos mujeres se cruzó un fuerte desafío. Thor descubrió en esa mirada una vieja unión rota y el dolor de estar cada una de ellas en lados opuestos, recordó sin querer y sin saber si era la auténtica razón de la quinta ley.

"NUNCA TE OPONDRÁS A UN AMIGO POR UN SENTIMIENTO, DESEO O PENSAMIENTO, PUES DESTRUIRÍAIS EL MUNDO, LA TOLERANCIA ES LA FUENTE DE LA SABIDURIA QUE UNE LOS OPUESTOS".

Thor cogía a la aparentemente frágil y bella mujer del brazo autoritariamente obligándola a dar la espalda a la desconocida y retomaron el camino del bosque.

Anduvieron despacio, en silencio, seguían cogidos del brazo, él olía la cálida y dulce fragancia de ella, deseaba que aquel camino no acabara nunca. Al fondo ya se veía la Casa-Hogar, sintió una fuerte desolación pues todavía no sabía ni como se llamaba, ni donde vivía, ni quien era....

Ella lo miró esbozando una leve sonrisa.

-Me llamo Ylena, también vivo en la Casa-Hogar, soy la hija de Yod, te debo pedir disculpas pero no puedo evitar explorar las mentes, por eso suelo venir al bosque para encontrar la paz.

Ahora ya conoces mi misterio, siento que lo hayas descubierto pues me gustaba saber que ibas al bosque a observarme a distancia, era tu enigma, ¿verdad Thor?, ya ves, yo sí se quien eres.

Thor se había quedado perplejo, no podía saber que le molestaba más, si la vergüenza de haber sido descubierto o el respeto que le provocaba saber que era la hija de Yod, la inalcanzable hija del "Maestro Mentalista".

Ylena aprovechó el momento y salió corriendo por el camino hasta la Casa-Hogar.

Desorientado por el cúmulo de sensaciones que pugnaban dentro de él, tuvo que sentarse en una roca del camino para recuperar su equilibrio y hacer desaparecer la fuerte presión que martilleaba sus sienes. Inspiró profundamente intentando dejar su mente en blanco, en ese instante oyó unos pasos detrás de él y una descarga seca golpeó su cráneo, creyó que el cielo le había caído encima, instantes después ya no vio ni sintió nada.

Tres fornidos hombres salieron de detrás de la muchacha, que ahora estaba arrodillada al lado de Thor, comprobando que la dureza del golpe, no le hubiera matado.

En tono autoritario se dirigió a los tres hombres.

- Levantadle, tú por los pies y tú por los hombros, rápido subidle encima del carro y vayámonos, aquí corremos mucho peligro.

- ¿Pero, Eila ya sabes lo que haces?, esto les provocará y no sabemos de lo que son capaces. Protestó uno de los tres hombres.

- Se lo que hago, él nos enseñará, él es el "Elegido". El Profeta. Mirad sus cabellos rojos como el fuego. Recordad estaba junto a la Dual, no discutáis, cumplimos lo que nos ordeno Dundas, ¡y basta!. ¡Vayamos al campamento!, ¡deprisa!.

Echado en la cama de una pequeña cabaña en el fondo del bosque, Thor se debatía entre la vida y la muerte, su cuerpo no estaba preparado para resistir ninguna infección, ni contusión, ni tampoco enfermedad. Los iniciados controlaban constantemente tanto su cuerpo como su mente, por eso la enfermedad no existía en este nuevo orden. Y nadie en aquella habitación comprendía porque estaba aquel joven tan grave, de vez en cuando abría sus ojos percibiendo el lugar deformado por su agonía, veía las caras de los seres allí reunidos como si formaran parte de una larga y cruel pesadilla, sentía náuseas por el olor a hierbas mohosas que impregnaban el ambiente y de pronto se le borraba, solo veía la cara de ella, de Ylena frente a él como una aparición angelical que le pedía. "Vive, debes vivir, te necesito, exijo de ti, todo lo que tu eres, vive, vive".

Después Thor volvía a sumirse en su negra oscuridad, y las preguntas que tanto le atormentaban volvían a su mente, ¿Quién soy, donde nací?, ¿por qué no me reclama mi clan?, ¿quien soy.....quien soy?...

Abrió sus ojos e intuyó en el fondo de la habitación una figura masculina, esa cara... creyó reconocer su propio rostro en aquel anciano, comprendió en medio de su dolor y de sus nieblas que él, él...., debía ser un racional, pero no se dejaría vencer por la muerte que con gesto burlón le abrió una puerta cerrada de su subconsciente, enseñándole parte de su pasado. Se debatió con fuerza, debía luchar, debía seguir vivo, quería descubrir toda la verdad. ¿Cómo podía ser un mutante físicamente tan humano? y ¿Cómo habían engañado a Yod?. Recordó a Ylena, reviviendo de nuevo su amor por ella, viviría, viviría....

Habían pasado nueve días desde que le atacaron, llevaba nueve días pugnando con la vida, cuando abrió sus ojos ya sin fiebre y miró a su alrededor, por vez primera vio la cabaña oscura de paja mohosa.

Había un brasero en el centro de la estancia, encima de el una olla hirviendo, de la que salía un fuerte olor a cocido de carne con hierbas. Sintió náuseas en el estómago, el fuerte dolor le indicó que llevaba muchos días sin comer.

En una esquina una vieja mujer cubierta de harapos, cantaba una triste canción a la vez que limpiaba un extraño animal muerto, las náuseas volvieron ante el olor a suciedad y pobreza, para él una imagen completamente desconocida. Al verle incorporar, la anciana salió gritando de la cabaña. Eila cruzó el umbral y se quedó mirándole desde las sombras, Thor al verla la llamó.

-¿Ylena que te han hecho?, ¿estás bien? Acércate a mí, te lo ruego.

Eila avanzó hacia Thor, parándose al lado de una luz magnética que le iluminó de golpe el rostro.

Thor, abrió sus grandes ojos, la sorpresa creó en él un estado de shock, miraba a unos y a otros volviendo cada vez a ella, no podía pensar, no tenía fuerzas para luchar, se dejó caer encima del mugriento almohadón. En voz baja musitó.

-Por favor si me entendéis, si habláis mi lengua, dadme de beber.

Eila cogió una vasija de barro del suelo y con un vaso de metal se le acercó dándole a beber agua limpia.

-Espera te ayudaré a incorporarte, quiero que ahora comas algo, has estado muchos días sin ingerir alimentos, luchando por sobrevivir y antes de contestarte a las muchas preguntas que sé que me harás, debes reponerte.

Eila se giró y con voz autoritaria se dirigió a una figura de entre las sombras.

-Theosprotia, tráeme los vegetales que le habéis preparado, ya sabes que nunca comen carne, después avisa al Señor Dundas y dile que el Iniciado esta consciente, Ahora, ¡ve rápido!.

Aquel extraño ser salió por la puerta todo lo deprisa que sus cortas piernas le permitían ir.

-Veo que sientes curiosidad por Theosprotia, él no es un mutante es un "gnomo", estoy segura de que sabrás lo que es un "gnomo". Tal vez sea el último, pero siempre queda una esperanza.

Thor comprendió que debía concentrarse, debía pensar con claridad tenía que recuperar sus dones, su control o sucumbiría.

Theosprotia, cruzó de nuevo la puerta, llevando una gran bandeja con distintas clases de vegetales frescos, magníficamente preparados. Le tendió la bandeja a Eila, le miró a él y dando un respingo giró sobre sí mismo despectivamente, provocando con este gesto la burla general.

Thor intuyó que tenía la situación controlada, a pesar de que eran muchos, le tenían miedo, esa era la clave, ¡le tenían miedo!, por eso sus risas eran tan histéricas. Por fin volvía a recuperar su control mental, su seguridad.. Ordenó a su cuerpo regular su flujo sanguíneo, su debilidad era fuerte, pero no le importó. Se levantó de la cama y andó erguido, sin ayuda, acercándose hasta un aparatoso sillón que vió en un extremo de la cabaña. Aquél debía ser el lugar del jefe del clan, por la forma del mismo tenía la certeza de que así era. Logró llegar controlando el dolor que le producía cada movimiento, la sensación de vacío en el estómago y las náuseas provocadas por un fuerte dolor de cabeza. Se sentó y buscó con la mirada a Eila, cuando la encontró la miró con dureza, utilizando la magia sonora de la voz se dirigió a ella.

-¡Tú, mujer tráeme aquí la bandeja!

Sintió la resistencia mental de ella, la miró fijamente a los ojos, notando la tensión que había provocado en el ambiente.

Eila se levantó dejando la bandeja bruscamente sobre la mesa.

Thor la sujetó por la muñeca y la obligó a sentarse, manteniendo en todo momento sus ojos clavados en ella. La miraba fijamente sin comprender como esa racional podía ser tan igual a Ylena, tenía su misma cara, solo que ella no era tan blanca, su piel contrastaba en pureza con el lugar, sus ojos denotaban fiereza, los de Ylena dulzura y tristeza, sus cabellos enmarañados eran cetrinos como los de ella, tenían la misma estatura pero tan distinto porte, una tan desaliñada, tan brusca, la otra tan frágil, tan delicada, tan misteriosa...Thor habló sin más rodeos.

-Has sido tú quién me ha atacado, lo sé, pero, ¿por qué?.

La puerta volvió a abrirse, y el silencio fue total, dedujo que quién entraba era el jefe del Clan, debía ser Dundas. Retuvo a la muchacha por la muñeca e intentó ignorar al jefe que acababa de entrar por la puerta, insistió en su pregunta.

-Responde, ¿por qué me has atacado?

Dundas se puso frente a él, haciéndole una pequeña reverencia en señal de respeto.

-Señor, perdonad la violencia con que os hemos traído hasta aquí, os ruego con humildad que soltéis a Eila mi ahijada y os contestaremos a todas vuestras preguntas, ¡Gracias señor!

Por unos instantes Thor volvió a desconcertarse, soltó a la muchacha y tomó asiento en el sillón, lo miró fijamente durante unos segundos leyendo su aura, vio en él mucho sufrimiento, la soledad de la impotencia frente a la injusticia, sintió también su odio y a la vez el gran amor que había dentro de ese ser racional, eso le parecía imposible. Dejó su mente abierta al amor y la comprensión, suavizó sus facciones, pero, preparando su último acto teatral, movió con la mente una silla, haciendo el ademán para que Dundas tomara asiento en ella. Sabía que con aquella demostración de poder "Mágico" acababa de aterrorizarles a todos.
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Un saludo
Helen Flix